«Al cumplir diez años como Obispo de Coria-Cáceres, ha creído conveniente publicar un libro que recoja su magisterio episcopal durante este tiempo. A tal fin, en la publicación ofrece Mons. Francisco Cerro sus Exhortaciones y Cartas pastorales. La trayectoria personal y apostólica de Mons. Cerro ha estado marcada particularmente por el amor al Corazón de Jesús y a la Virgen María. Durante los casi veinte años que permaneció en esta Archidiócesis, donde, entre otros cargos, desempeñó el de Director del Centro de Formación y Espiritualidad del «Sagrado Corazón de Jesús», dejó constancia de ello. En su escudo episcopal figuran el Sagrado Corazón de Jesús y Ntra. Señora de Guadalupe y la inscripción: COR IESU FONS EVANGELIZATIONIS PAUPERIBUS. El lema anuncia de antemano por dónde iban a guiarse sus pasos en el episcopado, como así ha sido efectivamente. Francisco Cerro siempre se ha caracterizado por la evangelización, principalmente de los jóvenes, con los que se reúne de forma asidua y a los que llega con facilidad por sus palabras sencillas, claras y su mensaje. Y lo ha realizado y lo sigue realizando a través de sus Cartas pastorales y de sus libros. Es un escritor prolífico que, con un estilo sencillo y, a la vez, cargado de espiritualidad, llega con facilidad al corazón de las personas» (? Ricardo Blázquez Pérez).
Francisco Cerro Chaves (Malpartida de Cáceres, 1957) estudió Filosofía en el Seminario de Cáceres y Teología en el de Toledo. Ordenado sacerdote, el 12-7-1981, por D. Marcelo González Martín, estudió Licenciatura y Doctorado en Espiritualidad en la Gregoriana de Roma. También es Doctorando en Vida Consagrada por la Pontificia de Salamanca. En la Diócesis de Valladolid fue Director del Centro de Formación y Espiritualidad del Sagrado Corazón de Jesús, Director Diocesano del Apostolado de la Oración, Delegado Diocesano de la Pastoral Juvenil y profesor de Teología Espiritual del Estudio Teológico Agustiniano. El 21-6-2007, el papa Benedicto XVI lo nombró Obispo de Coria-Cáceres. Ha pertenecido, en la Conferencia Episcopal Española, a la Comisión de Apostolado Seglar (jóvenes), Vida Consagrada y actualmente pertenece a la Comisión del Clero y a la Comisión de Misiones. En la Provincia Eclesiástica de Mérida-Badajoz, que camina en Extremadura, es el coordinador de Cáritas. Ha convocado el XIV Sínodo Diocesano de la Diócesis de Coria-Cáceres y ha creado e impulsado el Congreso Teológico Pastoral, en el que, desde hace ya 9 años y de manera ininterrumpida, se tratan temas que abarcan todos los aspectos pastorales, culturales y teológicos de la Diócesis. Ha publicado numerosos libros de espiritualidad que han sido traducidos a distintas lenguas.

Un libro, en fin, fruto del trabajo realizado desde el estudio, y la personal experiencia de su autor, doctor en Teología espiritual, experiencia acumulada también en el ministero pastoral desde este Centro de espiritualidad y formación teológica del Corazón de Jesús, que cuenta ya con abundantes publicaciones.

Si hay una devoción a un santo querida por los fieles, es la de san Antonio de Padua. Nacido en Lisboa en 1195, conoce a san Francisco de Asís en 1221 y comienza su predicación itinerante por Italia y por Francia. Después de su muerte en 1231, crece la devoción hacia el santo y llegará a ser uno de los santos franciscanos más queridos. ¿Quién no se ha acordado alguna vez de san Antonio cuando ha perdido algún objeto?

Las palabras de Jesús en la cruz son siete, pero siempre digo que son cinco, porque dos de ellas son recitación de salmos. Las otras cinco son suyas. Incluso, yo diría que hay una octava palabra de Jesús que es la herida de su Corazón abierto. Su Corazón está siempre abierto. Por ello, he querido darle a cada Palabra de Jesús la expresión de que está «herido de Amor» y todas ellas se explican al abrir la lanza su Corazón. La octava palabra es la pronunciada en el silencio, y la actual no es tanto escuchar como mirar, «mirar al que traspasaron». Esas palabras de Jesús nos revelarán los matices de su Amor redentor.

Don Francisco Cerro Chaves, Obispo de Coria-Cáceres, nos presenta un auténtico devocional a la Virgen de Guadalupe, escrito con amor de Obispo a la Patrona de Extremadura.
En estas páginas podrá encontrar el lector, desde una breve historia de la devoción a la Virgen de Guadalupe en Extremadura, hasta unas oraciones a María de Guadalupe, pasando por un Decálogo de la Virgen

El Beato Spínola fue “grande” porque “se hizo pequeño”; llegó a muchos porque contó con todos. Realizó una gran labor porque supo rodearse de personas a las que ayudó a vivir en una entrega sin condiciones. Su corazón de Pastor siempre estuvo abierto a los más necesitados. Sus palabras dirigidas a los fieles cobran hoy actualidad cuando les decía: “Vivís algunos olvidados de vuestros deberes; otros sois indiferentes… esto, más que falta de fe es apatía, flaqueza; otros tienen la fe ociosa, guardada en un rincón del corazón; otros la tienen como apagada y no faltan quienes tienen una fe puramente teórica”.

Los salmos son escuela do oración y nuestro conocidísimo autor nos ayuda en estas páginas a orar el Salmo 50, ofreciendo también sugerentes preguntas al final de cada capítulo que ayudan al lector a centrar su lectura y meditación. Su comentario de divide en tres partes: pasado, presente y futuro. En la primera, invita a descubrir la misericordia y bondad del Señor para poder superar la depresión causada por la autodestrucción del pecado. En la segunda, anima a vivir el presente como tiempo de conversión, ejercitando así la virtud de la humildad al reconocerse necesitado de la misericordia de Dios. Sin humildad, recuerda el autor, no hay encuentro con el Señor. Para terminar, nos anima a vivir en esperanza, alegres, confiados. Con este Salmo, el cristiano recorre un camino comunitario: nace en la confesión de los pecados, transcurre por las sendas de la renovación interior y termina en el compromiso misionero.